Alguna vez te han preguntado, ¿como
estas?
Alguna vez te han preguntado, ¿que
sientes?
Alguna vez te han preguntado, ¿te
pasa algo?
¿Alguna vez se han preocupado de
ti?
¿Alguien te ha priorizado, por
delante de sus propios asuntos o problemas?
Me temo que la
respuesta a todas las preguntas sea que no. Y me cuesta entenderlo, pero puedo
llegar a hacerlo. Lo que no entiendo es que sigas anclada en tu pasado, y, en
palabras tuyas, “estar acostumbrada a cargar con la culpa de todos” no es
excusa para no vivir en el presente, y mirar al futuro.
Antes de nada,
mira a tu lado. ¿A quien ves? Soy yo. ¿Me recuerdas? El plasta que lleva 6
meses intentando darte cancha, intentando que te relajes, intentando hacerte
ver que no, que el mundo no se apoya en tus hombros, que no tienes que cargar con
todas las responsabilidades de todos, y que tampoco debes cargar con sus
errores.
Soy la persona
que te pide, día si y día también, que me cuentes aquello que se te esté
pasando por la mente. La persona que, al ritmo que me dejas, va conociéndote día
a día, y que sabe cuando estás mal, y que se preocupa de ti.
¿Ya has caído?
Ahora responde de nuevo las primeras preguntas, pensando en mí. ¿La cosa cambia
no? Bueno, ese es tu presente. Es mi presente. Y quiero que sea mi futuro. Y
espero que el tuyo también. Porque no me canso, porque a diferencia de lo que
has visto, o creído ver, tengo mucha paciencia. Muchísima. Porque en el momento
en el que quieras hablar, tienes la seguridad de que me vas a encontrar. Porque
sabes que no te voy a juzgar, sabes que vas a tener mi apoyo siempre, que si
puedo, te ayudaré, y si no, cargaremos con el problema que sea entre los dos.
Pero por
favor, no más lagrimas sin explicación. No más caras serias sin respuesta. No
soy como la gente que te ha rodeado en el pasado. Yo soy yo, me conoces bien,
sabes que no soy igual, no te comportes pues conmigo como te has comportado
hasta ahora con los demás.
No te doy
razones para el silencio, no te doy razones para no confiar, no te obligo a
aparentar nada, solo quiero que seas tu misma, y que te des cuenta de que,
igual que yo te trato de manera diferente, tu deberías comportarte de manera
diferente.
Jamás te he
cargado con la culpa de mis problemas o de mi comportamiento, ¿por qué lo haces
tu? ¿Por qué solo piensas que eres la culpable y no te da por pensar que eres
la solución?
Igual que
durante años te has acostumbrado a cargar con la culpa de los demás, empieza a
acostumbrarte a importarle a alguien. Ya va siendo hora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario